El gobierno de Fox ha sido el primero, después de la revolución de 1910, que le ha dado plena entrada a la ultraderecha en primeros niveles de la administración pública federal. Su estrategia fue de continuidad, y por ésta hizo todo lo posible por eliminar a sus adversarios, particularmente a quien representa otro rumbo para el país: Andrés Manuel López Obrador.
El signo distintivo de estas elecciones ha sido la pugna entre dos proyectos que en buena medida polarizaron a la población como nunca antes había ocurrido desde el siglo XIX. En este proceso, plagado de enconos más que de reflexiones y debates serios, se revelaron las crisis internas e ideológicas de los partidos políticos institucionales y de las izquierdas no institucionalizadas, incluido en éstas el neozapatismo que ya no es lo que fue.
En contraste con su pasado, el PAN mostró su actual y verdadero rostro: un partido que llegó al poder y que no quiere abandonarlo, al costo que sea, incluyendo el fraude electoral y las mentiras como argumento para descalificar a sus adversarios con una estrategia peligrosa que recuerda los tiempos del nazismo en Alemania: el odio y el irracionalismo propio de las filosofías reaccionarias.
En la primera parte del libro el autor analiza las campañas de tres partidos (y sus aliados): Acción Nacional (PAN), Revolucionario Institucional (PRI) y de la Revolución Democrática (PRD), además de La otra campaña del EZLN. En esta nueva edición ampliada también analiza los acontecimientos ocurridos a partir de julio de 2006 sobre lo que estaba en juego desde el principio: las elecciones y la sucesión presidencial.
La incertidumbre sobre los resultados sigue en la mente de millones de mexicanos. Por lo que se refiere al pasado, nada cambiará. Hacia el futuro, no sabemos.