Esta obra es una profunda reflexión sobre un hecho histórico de nuestra América que todavía hoy, a pesar de los siglos transcurridos, tiene repercusiones importantes en el panorama cultural de nuestro tiempo. Se aprecia la búsqueda por destacar la coexistencia de las tradiciones originarias, y cómo se fueron integrando en el asentamiento de los pensamientos europeos.
Para Francisco Piñón Gaytán es urgente reinventar a México desde sus raíces, así como imprescindible criticar y contrarrestar las todavía actuales secuelas de la Conquista. Agrega que para conseguirlo es necesario volver los ojos a ese pasado donde se construyeron los primeros ladrillos ideológicos. Los edificios de nuestra supuesta modernidad se sostienen, no lo dudemos, con cimientos y soportes del pasado.
El autor señala que es indudable que nuestra historia no ha sido deslumbrante en páginas de buenos humanismos. No ha sido inocente, porque ninguna historia lo es. Pero no todo es horizonte pesimista. Tradiciones aún permanentes recorren, con sus vivencias luminosas, lo largo y ancho de la Patria. Son las vertientes de eticidad que nos llegaron, también, a partir de la Conquista. Tal vez esas tradiciones sean las que, una vez más, nos ayuden no sólo a seguir soñando, sino sobre todo a construir las ineludibles estructuras sociales que México necesita con urgencia.