En México para la política pública ser joven comprende el rango de edad de 12 a 29 años, sin embargo, esta categoría no logra evidenciar la diversidad social y cultural en un contexto permeado por la violencia estructural, que se revela en las prácticas habituales, percepciones y sentido común que elabora la juventud desde su cotidianidad.
Esta obra invita a reflexionar sobre las violencias que se vuelven invisibles pero que, al mismo tiempo, configuran la vida diaria de las y los jóvenes, toda vez que se estructuran desde lo material y subjetivo. Así, el y las autoras logran conjuntar cinco dimensiones para indagar y desvelar la construcción social y cultural de las violencias, en particular, en Chimalhuacán, Estado de México.
Tales dimensiones son: la historia del municipio, que se caracteriza por tener una trayectoria de gobierno encabezada por el Partido Revolucionario Institucional; el contexto social y cultural, que exterioriza las distintas formas de la condición juvenil; las representaciones sociales de las violencias; el clientelismo como estrategia política, y las cartografías de las violencias, como aquellos mapas que no sólo se delimitan geográficamente.
Los capítulos que integran esta investigación dan cuenta de la enorme relevancia no sólo del esfuerzo que implica el trabajo de campo en contextos permeados por la incertidumbre y las violencias, sino también la trascendencia que denota el empleo de diversos métodos de análisis para responder a los problemas sociales que vive la juventud.